Con los seres libres podemos conectarnos, al detallar sus huellas, sus caminos elaborados, sus nidos o sus rastros en los sitios que se alimentan.
Los osos en la Serranía, elaboran sus trochas en la montaña y en sus caminos, podemos apreciar sus huellas en el barro. Igualmente, en algunos árboles van dejando rasguños y podemos ver cómo quedan algunas de las palmas bajas, después de que le sacan el cogollo para alimentarse.
En los espacios selváticos, el oso crea senderos para desplazarse rápido de una parte a otra. Es un animal que se comunica a partir de arañazos en árboles o con su olor. Son solitarios y diurnos y sus principales actividades son la locomoción, el comer y el dormir. Así mismo, tiene sus tiempos determinados para caminar y para hibernar.
Ciertamente, son los osos de anteojos quienes provocan espacios abiertos en los niveles superiores del bosque, a través de la ruptura de ramas, lo cual ayuda a la entrada de los rayos solares hacia los niveles inferiores, impartiendo la energía necesaria para que las plantas se desarrollen y se estabilice la estructuración del bosque. La dispersión de semillas de las plantas cuyos frutos consumen, logra el mantenimiento y la recuperación del mismo. Es el oso un gran polinizador, al transportar el polen de diversas plantas en su pelaje; es una especie que indica el buen estado de salud del ecosistema (Nonato-Mamani y Iannacone, 2011).
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